Esta mañana, me desperté pensando en Ana Frank … aprender a vivir
el mundo viendolo desde una ventana. También me acordé de Fabrizio
del Dongo, de Julien Sorel, esos personajes inventados por Stendahl
que encuentran la libertad siendo presos. Por supuesto que se refiere
a que al fin se encuentran libres de vida social y sus reglas tan
estrictas como tortuosas y que sus prisiones poco o nada tienen que
ver con las reales.
Este día también
ha aportado su lote de historias bonitas, que animan, otras estúpidas
y miserables que entristecen o hacen subir la ira.
En el periódico,
las aguas cristalinas de los canales de Venecia. Aquí, el silencio,
el aire puro, el cielo de Quito limpio, transparente. Y pienso:
seremos capaces de decidir que no queremos volver a lo de antes, que
no se puede, no se debe. En Samborondon, el barrio mas que mas pijo
de Guayaquil, una gente decidió mantener la fiesta que tenía
prevista para celebrar una boda. La policía tuvo que intervenir. 19
invitados infectados con el covid 19. Me temo que hay gente que no
entenderá nunca que así no se puede no se debe vivir. Y que va a
ser muy duro, tal vez cruel, obtener el cambio radical que se
necesita. Y ¿será posible?
Hoy, jueves.
Anoche, leido en LA
VANGUARDIA. 2 aviones, uno de Iberia y otro de KLM, llegan al
aeropuerto de Guayaquil, casi vacíos, para recoger la gente que
quiere volver a Europa. Y ¡oh sorpresa! Se encuentran conque la
pista está invadida por coches oficiales … decisión de la señora
alcadesa de Guayaquil que, desde su casa (probablemente ubicada en
Samborondon) ha dado la órden a “su” policía ocupar la pista de
aterrizaje, la única de que dispone el aeropuerto de Guayaquil, para
impedir que aterricen “esos aviones que nos han traído el virus
aquí”. ¡Yuppie!
Leyendo sobre las
caceroladas en España, es impactante como se desarrollan pronto
reflejos y comportamientos de presos. No digo que esté mal, digo que
es lo que hay.
Bueno, aquí son las
10 de la mañana. Está haciendo un día estupendo. Me voy a
comprarle algunas cositas a la señora de la esquina. Si aún ha
logrado llegar hasta aquí para montar su negocio. Y sigo disfrutando
de la calma, del silencio, del cielo azul transparente, del aire
puro…